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Sobre el hecho, Germán List Arzubide recuerda: "Una mañana aparecieron en las esquinas los manifiestos y en la noche se desvelaron en la Academia de la Lengua los correspondientes de la Española haciendo guardias por turno, se creía en la inminencia de un asalto".
Esta antología reúne de manera cronológica los principales textos de este periodo y nos sumerge dentro de aquella atmósfera efervescente de los novedosos e increíbles telegramas sin hilos o los vertiginosos 80 Km/h, con olor a bencina, por el Paseo de la Reforma, de tal suerte que, al estilo de las mejores novelas, devoramos las últimas páginas resistiéndonos a aceptar su inminente fin.
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Schneider, Luis Mario (editor, prologuista)
Minucioso conocedor de la literatura mexicana, preparó y prologó el presente volumen en los últimos meses de su vida. A un año de su deceso, El estridentismo. La vanguardia literaria en México, vio luz por primera vez en 1999 como justo reconocimiento a la decisiva labor de este investigador.
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ANTOLOGÍA
Actual número 1	3
Manifiesto estridentista número 2	15
Manifiesto estridentista número 3	19
Manifiesto estridentista número 4	23

Manuel Maples Arce 
Andamios interiores 
Poemas radiográficos 
(1922)

Arqueles Vela 
La señorita Etcétera 
(1922)

Kyn Taniya 
Avión 
1917 poemas-1923  
(1923)

Germán List Arzubide 
Esquina
(1923)

Kyn Taniya 
Radio 
Poema inalámbrico en trece mensajes 
(1924)

Manuel Maples Arce
Urbe
Super poema bolchevique
(1924)

Salvador Gallardo
El pentagrama eléctrico
(1925)

Arqueles Vela
El café de nadie
(1926)

Germán List Arzubide 
El viajero en el vértice 
(1926)

El movimiento estridentista
(1927)

Manuel Maples Arce Poemas interdictos 
(1927)
    [free_reading] => PRESENTACIÓN

No escuela, movimiento, el estridentismo es por antonomasia la vanguardia más ruidosa de la cultura mexicana. Como toda avanzada se apoyó en el escándalo y el gesto provocador para conquistar el cambio, para propiciar la ruptura, para imponer la contemporaneidad. En sus filas agrupó poetas, ensayistas, dramaturgos, pintores, dibujantes, fotógrafos, grabadores y músicos, también líderes y cortesanos que, apoyados en la emoción y la acción, redondearon en aproximadamente cinco años el triunfo de la nueva estética y el señalamiento de la dinámica juvenil y renovadora. A imitación principalmente del futurismo comenzó a dar sus primeros pasos, pero a medida que la Revolución Mexicana comenzaba a contaminar, a fusionarse a la creación intelectual, adoptó su ideología y creó una simbiosis entre la imaginación y la teoría social.
En verdad, el estridentismo irrumpe durante los últimos días de diciembre de 1921 con la aparición de la hoja volante Actual número 1, redactada y firmada por Manuel Maples Arce, la cual incluye, al final, un "Directorio de Vanguardia", posiblemente extraído de algunas revistas de la vanguardia internacional.
No se puede hablar todavía de la existencia de un movimiento. Lo que sí se percibe en esta hoja volante es un tono personalista que transmite un llamado público a los intelectuales mexicanos a constituir una sociedad artística amparada en una necesidad de testimoniar la transformación vertiginosa del mundo.
Maples Arce cuenta que "la estrategia que convenía era la de la acción rápida y la subversión total". Había que "echarse a la calle y torcerle el cuello al doctor González Martínez". Actual número lleva como subtítulo "Hoja de Vanguardia. Comprimido Estridentista de Manuel Maples Arce"; lo constituye un prólogo, catorce puntos y una fotografía en primer plano del autor. El prólogo consta de una fórmula alrededor de la palabra ÉXITO, en la cual el espíritu iconoclasta se manifiesta no sólo contra el sentimiento patriótico, sino también contra lo religioso, con slogan como "Muera el cura Hidalgo", "Abajo San Rafael", "San Lázaro". Dentro del mismo contexto, la significación de la vida moderna se sugiere con la palabra "Esquina", al igual que la ironía de la frase "Se prohíbe fijar anuncios" que se dirige a un orden jerárquico citadino, puesto que Actual se fija en los muros de la ciudad de México.
La sección más importante del manifiesto es la que contiene los catorce puntos que Maples Arce desarrolla con anarquía y desparpajo, extraídos en especial de los manifiestos del futurismo de E T Marinetti y de algunas ideas del ultraísmo español firmadas por Guillermo de Torre y R. Lasso de la Vega.
En el primer punto Maples Arce se enrola definitivamente dentro de la tradición vanguardista al sostener que "La verdad estética es tan sólo un estado de emoción incoercible desarrollado en un plano extravasal de equivalencia integralista", y donde "las cosas no tienen valor intrínseco posible, y su equivalencia poética florece en sus relaciones y coordinaciones". El poeta aborda el tema de la técnica en el punto número dos, al afirmar que cuando los medios de expresión "son inhábiles o insuficientes para traducir nuestras emociones personales -única y elemental finalidad estética- es necesario, y esto contra toda la fuerza estacionaria y afirmaciones rastacueras de la crítica oficial, cortar la corriente y desnucar los swichs".
Teniendo muy en cuenta el axioma de Marinetti, une automobile, rugissante, qui a l'air de courir sur de la mitraille, est plus belle que la Victoire de Samothrace, Maples Arce demuestra en su tercera declaración una pasión "por las máquinas de escribir" y su "amor ejusivísimo por la literatura de los anuncios económicos". El poeta afirma que ha sentido más emoción ante un recorte de periódico "arbitrario y sugerente, que en todos esos organillerismos seudo-líricos y bombones melódicos, para recitales de changarro gratis a las señoritas".
El punto número siete es quizá uno de los más importantes de este manifiesto, en la medida en que Maples Arce no cree en ninguno de los "ismos más o menos teorizados y eficientes" y propone, en cambio, "una síntesis quinta esencial y depuradora de todas las tendencias florecidas en el plano máximo de nuestra moderna exaltación iluminada y epatante..." En la fuente primordial de la creación estética. Luego de afirmar que el hombre "no es un mecanismo de relojería" sostiene que la emoción sincera "es una forma de suprema arbitrariedad y desorden específico".
El próximo tema que aborda el poeta es el de la sinceridad del escritor o del crítico con el arte. En el punto número nueve, Maples Arce no sólo arremete contra la falta de sinceridad del creador que se ciega ante la realidad móvil ambiental, sino contra los periódicos "amarillistas" que sólo publican "tonterías ministeriales"
Uno de los aspectos más sobresalientes de Actual número 1 es la imperiosa urgencia de cosmopolitismo en la vida humana. Afirma que "ya no es posible tenerse en capítulos convencionales de arte nacional" puesto que el telégrafo, el ascensor eléctrico, "las locomotoras" que se atragantan de kilómetros" y "los vapores que humean hacia la ausencia", transforman y modifican el medio histórico a la vez que influyen en la vida cultural de los pueblos, creándose "la unidad psicológica del siglo".
En cuanto a la crítica, la mayor parte se atenía a la idea de que el estridentismo era una secuencia bastarda del futurismo de Marinetti, pero Maples Arce rechaza la idea del futuro como un concepto histórico en el arte, tanto como desdeña el pasado.
Para él sólo existe "el vértice estupendo del minuto presente; atalayado en el prodigio de su emoción inconfundible y único instante meridiano, siempre el mismo y renovado siempre". En esta vena, el poeta -anticipándose obviamente a la crítica- se dirige en contra de los críticos "biliosos, roídos por todas las llagas lacerantes de la vieja literatura agonizante y apestada" y contra los académicos "retardatarios y específicamente obtusos", pues el estridentismo es la "síntesis de una fuerza radical opuesta al conservatismo solidario de una colectividad anquilosada".
En el último apartado del Actual número 1 de Maples Arce, se expresa un deseo de éxito "a todos los poetas, pintores y escultores jóvenes de México, a los que aún no han sido maleados por el oro prebendario de los sinecurismos gobiernistas, a los que aún no se han corrompido con los mezquinos elogios de la crítica oficial y con los aplausos de un público soez y concupiscente". En resumidas cuentas, el primer estridentista lanza un llamado "en nombre de la vanguardia actualista de México" a todos los artistas "para que vengan a batirse a nuestro lado en las lucíferas filas de la découverte".
Aunque el manifiesto -que fue fijado una noche, junto a los carteles de toros y teatros en los primeros cuadros de la ciudad-provocó mucha discusión en el ambiente intelectual y literario, el eco periodístico fue más bien débil. Pero esto no desmiente el impacto que realmente tuvo. Germán List Arzubide, años después, cuando recordó en su libro El movimiento estridentista (1926) la repercusión del Actual número 1 dice:
Una mañana aparecieron en las esquinas los manifiestos y en la noche se desvelaron en la Academia de la Lengua los correspondientes de la Española haciendo guardias por turno, se creía en la inminencia de un asalto.
Independientemente del ninguno periodístico, Actual número 1 inicia de cualquier manera el gesto más atrevido y escandaloso de la literatura mexicana moderna, pues destruía de un golpe a
los patriarcas de la literatura nacional. Destrucción por supuesto simbólica. Lo que pretendía el manifiesto de Maples Arce era renovar y actualizar; mostrar la falta de vitalidad y modernidad a la que llegó la poesía por su estancamiento y abuso descriptivo.
En desafío del mutismo crítico y del medio ambiente literario, Maples Arce prosigue su labor al publicar en el mes de febrero del mismo año el Actual número 2, ahora con una colección de poemas de Pedro Echeverría, el primer intelectual que acude al llamado de Actual número I. Es fácil advertir, sin embargo, que el estridentismo todavía no se había constituido como grupo. Será con Actual número 3, última de estas hojas volantes que aparece en el mes de julio, donde se comienza a advertir un espíritu de homogeneidad vanguardista, y a partir de entonces la crítica periodística comienza a tomar en consideración la seriedad y los postulados que protagoniza la nueva generación intelectual. El 15 de julio aparece la primera muestra positiva del estridentismo, a la vez que el primer libro de vanguardia escrito por un mexicano y publicado en México: Andamios interiores de Manuel Maples Arce, obra que inaugura en este país una temática nueva, una visión original de la realidad y, en especial, un lenguaje moderno, vanguardista, que nunca antes se había visto en las letras nacionales con un sentido tan orgánico.
Surgieron tres clases de crítica alrededor de este fenómeno estridentista. En primer lugar existe un grupo de autores que se escuda en el anonimato y que aprecia Andamios interiores como una literatura de juego banal, cuando no cae en la burla soez. Dentro del segundo grupo se incluyen aquellos artículos que -sin demostrar demasiada pasión por la obra, y olvidando cuestionar sus valores propios- tratan de encontrar en el libro de Maples Arce virtudes extraliterarias. El primer artículo comprensivo y elogioso fue el de Rafael Heliodoro Valle, publicado en El Universal Ilustrado el 24 de agosto de 1922. Según el crítico, Andamios interiores "viene a perturbar el sueño a muchas personas y a mostrarnos a un hombre que tiene la valentía de lanzar un alarido en plena quietud circundante". Arqueles Vela, quien sería con el tiempo el prosista por excelencia del estridentismo, inicia su contacto con el movimiento con una extensa crítica al libro de Maples Arce que apareció en El Heraldo de México del 31 de agosto. Acierta Arqueles Vela.
Para comprender a Maples Arce hay que disgregarse. Hay que distender todas las ligaduras sensitivas. Hay que arrancarse el cerebro y lanzarlo al espacio. Hay que arrancarse el corazón y echarlo a rodar bajo los túneles interazules. Hay que desplegar al viento los buceadores aleteos de su pensamiento. Su gemialarido que canta detrás del horizonte.
A principios de 1920 se da un acontecimiento importante en México con el nombramiento de Carlos Hope como director de El Universal Ilustrado, y el 24 de agosto de 1922 aparece en ese órgano el primer reportaje sobre el estridentismo, firmado por "Ortega", periodista que más adelante tendría una relación importante con los estridentistas.
Con la distancia que da el tiempo, puede sacarse en conclusión que el estridentismo no hubiera logrado la difusión que tuvo si Noriega Hope no hubiese estado al frente de El Universal Ilustrado. Es conveniente aclarar que, sin excepción, todos los estridentistas, cuando recuerdan al semanario de aquellos años, lo hacen con agradecimiento por haber sido la única tribuna del periodismo mexicano que acogió con simpatía sus ideas renovadoras. Hecho significativo: el 3 de noviembre de 1922 El Universal Ilustrado empezó a publicar un suplemento titulado La novela semanal; entre las importantes renovaciones que Noriega Hope introdujo en la revista: en el número 7, correspondiente al 14 de diciembre de 1922, se publica La señorita Etcétera, "novela inédita" de Arqueles Vela.
Ritmo vanguardista: vida de metrópolis enredada en tranvías, ferrocarriles, ascensores, letreros luminosos, multitudes callejeras, bocinas, hacen de La señorita Etcétera una de las mejores prosas estridentistas que se escribieron en México. Casi inconscientemente, el estridentismo va inscribiéndose en un orden
más orgánico, a la vez que va conformándose no sólo en puras teorías estéticas, sino también en un plano social y político. Se comienza a visualizar que el estridentismo busca afirmarse en una verdadera realidad nacional. Ya no se trata de perseguir el escándalo un tanto gratuito con la idea de provocar reacciones que inquieten el ambiente artístico, sino de buscar apoyo en el orden social como justificación del quehacer creativo.
Según Maples Arce, no hay más que dos grandes grupos en México: "la falange estridentista y la falange de los lamecazuelas literarios". El poeta considera que en 1922 la labor del movimiento consistió en: "1) Hacer un aporte de fuerza espiritual a nuestra lírica, del que antes carecía; 2) improvisar un público; 3) urbanizar espiritualmente algunos gallineros literarios; 4) desbandar a los totales académicos; 5) cambiar la marcha de los horarios; 6) exaltar el furor agudo de los rotativos; 7) liberar el aullido sentimental de las locomotoras estatizado en los manicomios tarahumaras; y 8) provocar la erupción del Popocatépetl".
"El Estridentismo", aduce Maples Arce, "no es una escuela, ni una tendencia, ni una mafia intelectual, como las que aquí se estilan, el estridentismo es una razón de estrategia. Un gesto. Una irrupción".
Desde finales de 1922 se puede hablar ya de los estridentistas como un grupo. Germán List Arzubide se adhiere al movimiento desde Puebla como director de la revista Ser, publicación de interés provinciano pero que demostraba claras tendencias -si no vanguardistas-por lo menos de renovación literaria. Asimismo, es necesario registrar la importancia de que una revista del interior se entregara a la difusión de la nueva estética.
El segundo Manifiesto estridentista aparece el 1° de enero de 1923 en la ciudad de Puebla. Además de los nombres de Manuel Maples Arce y Germán List Arzubide, los acompañan al calce los de Salvador Gallardo, Moisés Mendoza, Miguel N Lira, Salazar Medina y otras "doscientas firmas", frase esta última a simple vista falsa, pero hecha con justificable propósito sensacionalista.
Este segundo manifiesto, mucho más breve que Actual número 1 es, sin embargo, más violento, más agresivo, pero menos conceptual en sus fines estéticos. Es posible que los autores hayan preferido lo primero, pues la intención general que se advierte en el texto es sólo la de producir un sacudimiento y un impacto en el medio ambiente provinciano, con el propósito de demoler el espíritu conservador, al mismo tiempo que el de atraer el interés de la juventud.
El texto se puede dividir en cuatro partes bien diferenciadas. La primera es un llamado 
a la juventud intelectual del estado de Puebla, a los no contagiados de reaccionarismo letárgico, a los no identificados con el sentir medio colectivo del público unisistemal y antropomorfo para que vengan a engrosar las filas triunfales del estridentismo.
La segunda parte, una afirmación basada en cuatro puntos. Primero.' "Un profundo desdén hacía la ranciolatría de algunos valores funcionales encendida pugnazmente en un odio caníbal para todas las inquietudes y todos los deseos renovadores que conmueven la hora insurreccional de nuestra vida mecanística". Segundo. "La posibilidad de un arte nuevo juvenil entusiasta y palpitante, estructuralizado movidimensionalmente, superponiendo nuestra recia inquietud espiritual al esfuerzo regresivo de los manicomios coordinados con reglamentos policíacos, importaciones parisienses de reclamo y pianos de manubrio en el crepúsculo". Tercero: "La exaltación del tematismo sugerente de las máquinas, las explosiones obreriles que estrellan los espejos de los días subvertivos. Vivir emocionalmente, palpitar con la hélice del tiempo. Ponerse en marcha hacia el futuro". Y cuarto.
"La justificación de una necesidad espiritual contemporánea. Que la poesía sea poesía de verdad, no babosadas... Que la pintura sea también pintura de verdad, con una sólida concepción del volumen. La poesía una explicación sucesiva de fenómenos ideológicos por medio de imágenes equivalentistas, orquestalmente sistematizadas. La pintura, explicación de un fenómeno estático, tridimensional, redactado en dos latitudes por planos colorísticos dominantes".
La sección tercera está dirigida a combinar el sentimiento patriótico, no tanto en sí mismo, sino por desmitificar los valores históricos que en un determinado momento enceguecen y no permiten la evolución de los nuevos conceptos. Así atacan al general Zaragoza, "bravucón insolente de zarzuela".
No sólo era necesario demoler héroes y conceptos históricos, sino también atacar directamente a personajes poblanos vinculados a la vida social y cultural de la ciudad, puesto que así el escándalo era más efectivo. De esta manera se lanzan contra los profesores del Colegio del Estado, algunos de los cuales eran de nacionalidad española.
La cuarta sección es una afirmación de que la "única verdad es la verdad estridentista". Proclamaban que "Defender el estridentismo es defender nuestra vergüenza intelectual. A los que no están con nosotros se los comerán los zopilotes. El estridentismo es el almacén de donde se surte lodo el mundo. Ser estridentista es ser hombre. Sólo los eunucos no estarán con nosotros. Apagaremos el sol de un sombrerazo". Después de todas estas diatribas, ofensas personales y afirmaciones rebeldes, terminan el manifiesto con un feliz año nuevo" Y UN GRITO IRÓNICO A IA MANERA DEL PUEBLO PARA RIDICULIZAR LA COMIDA POR IA QUE ES CÉLEBRE EL ESTADO: ``NIVA EL MOLE DE GUAJOLOTE!".
Recuerda List Arzubide en El movimiento estridentista (1926): "En Puebla fue al principio un asombro general... Después se desbordó el encono: los periódicos lanzaron extras. -10h, el sabroso escándalo! ..."
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