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Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y tiene estudios de la Especialización en Finanzas Públicas, también por la UNAM, así como los Diplomados en Estudios Internacionales y en Tanatología, por la UNAM, y en habilidades Docentes de Capacitación, por el ITESM; así como la Maestría en Educación por el Instituto de Estudios Superiores en Educación por Competencias, Plantel Toluca. Profesora de Carrera en la UNAM, con la categoría de Profesor Titular "C" Tiempo Completo Definitivo. Imparte las materias de Historia de la Diplomacia Mexicana, Seminario de Política Exterior de México y Organismos Internacionales, en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM. Ha fungido como responsable de los proyectos PA-PIME 301107.- "Política exterior de México: entre la alternancia política y la nueva agenda mundial" y PAPIME 301115.- "La política exterior de México: entre la responsabilidad global y el interés nacional" (este último en ejecución). En dichos proyectos ha fungido como coordinadora de dos libros: La política exterior de los gobiernos de la alternancia política en México y Temas y escenarios en la agenda de política exterior de los gobiernos de la alternancia política en México.
[toc] => Agradecimientos 7
Presentación 9
La Política Exterior de la Administración de Enrique Peña Nieto: Estrategias Globales e Interés Nacional
Maria Elena López Montero 21
Oportunidades y Retos del Rol de México como Actor con Responsabilidad Global (2013-2018)
Rodolfo Arturo Villavicencio López 47
La Política Exterior de México: Entre la Realidad Global y el Interés Nacional.
Halyve Hernández Ascencio 65
La Política de Apertura Financiera en México
José Gabriel Gómez Ochoa 97
Apertura Comercial en la Política Exterior de México
Juan José Mercado Chacón 127
Seguridad Nacional y Política Exterior en la Pretendida Responsabilidad Global de México
Carlos Contreras Romero 149
La Agenda Bilateral México-Estados Unidos: Divergencias en Materia de Seguridad (2012-2015)
Eduardo Alfonso Rosales Herrera 213
El Acuerdo entre México y Estados Unidos sobre explotación de los yacimientos transfronterizos de hidrocarburos en el Golfo de México. Negociaciones, contextos y perspectivas
Rubén Cuéllar Laureano 243
La Reforma en Telecomunicaciones y la Política Exterior de México
Lucía Viridiana Alvarado García 283
Una Aproximación a la Política Marca País
Zulma Carballo Guzmán 305
Conclusiones generales 325
Colaboradores 329 [free_reading] => La presente publicación ha sido producto de un trabajo colectivo efectuado en el marco del proyecto PE301115.- "La Política Exterior de México: entre la Responsabilidad Global y el Interés Nacional", enmarcado en el Programa de Apoyo a Proyectos para la Innovación y el Mejoramiento de la Enseñanza (PAPIME), con el fin de analizar la política exterior de la actual Administración del presidente Enrique Peña Nieto, así como evaluar sus avances a medio período, a efecto de contribuir con ello al entendimiento de este campo de gran importancia para la aplicación de los conocimientos adquiridos en la disciplina de las Relaciones Internacionales. Este trabajo tiene como antecedente editorial dos libros editados también por nuestra Máxima Casa de Estudios, igualmente en el marco del Programa de Apoyo a Proyectos para la Innovación y el Mejoramiento de la Enseñanza (PAPIME). El primero de ellos, La Política Exterior de los Gobiernos de la Alternancia Política en México, publicado en noviembre de 2009, incluyó seis trabajos y tuvo como propósito fundamental evaluar el proceso de formulación de la política exterior de México por los gobiernos de diferente inclinación política a la que tuvo las riendas del país hasta el año 2000 y las condiciones que dieron sustento a los cambios operados en este rubro, así como dimensionar el significado y perspectivas de los planteamientos de su política internacional y las consecuencias de sus estrategias y acciones en esa materia, tanto al interior de la nación como en el entorno externo. Asimismo, y con la finalidad de realizar una valoración más amplia, objetiva y crítica de los alcances y consecuencias de dicha política exterior de los gobiernos de la alternancia política en México, en el contexto de marcos y espacios más específicos, la evolución de sus posiciones y actitudes ante ciertas temáticas de la agenda mundial de interés para la nación, así como para dar seguimiento y hacer una estimación imparcial y razonada de las repercusiones de la presencia y actuación del país en los diferentes ámbitos regionales y aún en foros multilaterales y organismos internacionales, se gestó y sustentó la segunda publicación, bajo el epígrafe de Temas y Escenarios en la Agenda de Política Exterior de los Gobiernos de la Alternancia Política en México, editado en octubre de 2010. Este segundo trabajo estuvo integrado por nueve artículos, con el objetivo de dar continuidad al análisis de la política exterior de los gobiernos de la alternancia política en México que, sin pretender ser exhaustivos, ni tampoco excluyentes, analizaron algunos temas de la agenda de política exterior de dichos regímenes emanados del Partido Acción Nacional (PAN), de signo político diferente al que gobernó al país por espacio de casi siete décadas, que desde la óptica de los autores se antojaban interesantes, atractivos y sugerentes para entender y valorar las posiciones, motivaciones y orientaciones internacionales de las Administraciones sexenales de inicios del siglo XXI, así como su significado y efectos, tanto al interior del país, como en su acción en el ámbito externo, donde los temas elegidos entonces buscaron no repetir los abordados por otros trabajos en la materia. Ahora, la presente publicación, intitulada La Política Exterior de México: entre la Responsabilidad Global y el Interés Nacional, está compuesta por diez artículos que pretenden hacer un análisis crítico y equilibrado de la política exterior de la Administración de Enrique Peña Nieto, que representa el regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al poder, después de doce años de gobiernos panistas, así corno dimensionar el sentido y perspectivas de los planteamientos de su política exterior y los resultados a medio período sexenal de sus prioridades, estrategias y acciones en esta materia, que ha sido identificada por dicho gobierno como "México con Responsabilidad Global" y que fue anunciada como una política exterior efectiva desde la campaña electoral, en tanto una forma de hacer frente a la política exterior responsable de su antecesor, Felipe Calderón Hinojosa, que a su vez había hecho su formulación para encarar la maltrecha política exterior que heredó del gobierno de Vicente Fox, quien con sus entuertos, errores y torpezas trastocó y debilitó la imagen del país ante el mundo, su capacidad de negociación internacional y el tradicional rol que había jugado en los asuntos del orbe. En este novedoso ejercicio, bien vale la pena destacar que, a diferencia de los dos anteriores, se amplió el número de artículos y de colaboradores, dentro de los cuales incluso se incorporaron dos recién egresadas de la Licenciatura en Relaciones Internacionales de nuestra Facultad de Estudios Superiores Acatlán, quienes realizaron interesantes y bien sustentados trabajos de investigación, lo cual contribuye a formar recursos humanos especializados en materia de análisis de la política exterior de México. Además, sin proponérselo el equipo de investigadores ni la coordinación del proyecto, se concretó un trabajo que involucra a profesores de las tres Facultades de la Universidad Nacional Autónoma de México que imparten la Licenciatura en Relaciones Internacionales: la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, la Facultad de Estudios Superiores Aragón y nuestra Facultad de Estudios Superiores Acatlán, bajo la coordinación de esta última. También debe señalarse que los profesores de las otras dos Facultades que forman parte de este equipo de investigadores, y cuyos trabajos han sido integrados en esta publicación, en algún momento de su labor magisterial han impartido clases en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán. De igual manera, deber ser subrayado el hecho de que poco se ha reflexionado sobre la política exterior de la Administración de Enrique Peña Nieto, lo cual contrasta con las altas expectativas que generó el régimen al inicio de su gestión, tanto al interior como en el exterior del país. Hay que recordar que dicho gobierno empezó con un gran entusiasmo, desde el "The rise of Mexico", publicado en The Economist, o el "Mexico makes it", aparecido en Foreign Affairs, hasta el mexican moment. Después éste se diluyó y acabó esfumándose. Pocos trabajos han buscado examinar los planteamientos de política exterior y menos todavía sus resultados. Algunos intentos se han centrado más en la política interna y los menos en política exterior. De ahí cobran relevancia, oportunidad y pertinencia los trabajos que integra la presente publicación. En el primero de los trabajos de esta obra, titulado "La política Exterior de la Administración de Enrique Peña Nieto: Estrategias Globales e Interés Nacional", María Elena López Montero se propone desentrañar primero el sentido general de la denominación "responsabilidad global", contextualiza-da en el mundo globalizado que vivimos, para luego identificar y aclarar su significado y alcance en el marco del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, así como a continuación dimensionarla como estrategia de política exterior de dicha Administración gubernamental, a fin de valorarla finalmente al amparo de los compromisos establecidos y las acciones fundamentales efectuadas al amparo de dichos propósitos, a tres años de la actual gestión presidencial. Concluye que puede advertirse claramente que los planteamientos de política exterior de la Administración de Enrique Peña Nieto, aunque investidos de "responsabilidad global", siguen anclados al carácter economicista de la misma, rasgo que le ha dado no sólo el actual gobierno, sino también desde aquéllos que iniciaron con la gestión de Miguel de la Madrid, pasando por los regímenes panistas de la alternancia política en el país, donde se privilegia lo económico, desplazando y hasta postergando el beneficio social. De ahí que los compromisos reales de la actual Administración tienen como prioridad la vinculación económica, financiera y comercial con el orbe, sustentada en el libre comercio, la movilidad de capitales y la integración productiva; y fija como metas impulsar y profundizar la política de apertura comercial. De ahí la estrategia e interés de apostarle todo a la agenda de reformas estructurales, aún en detrimento del bienestar social. En el siguiente trabajo, "Oportunidades y Retos del Rol de México como Actor con Responsabilidad Global (2013-2018)", Rodolfo Arturo Villavicencio López se enfoca en los retos que implica para la diplomacia mexicana, bajo la administración del presidente Enrique Peña Nieto, el tratar de posicionar a México como un actor con responsabilidad global, en un contexto internacional caracterizado por una crisis financiera global que ha trastocado la estructura del sistema internacional, cuestionando de esta manera la hegemonía de Estados Unidos y generando espacios de poder -particularmente en el ámbito económico-, que pretenden ser aprovechados por mercados emergentes, entre los que sobresale el rol que ha venido desempeñando la economía china y el resurgimiento de Rusia como potencia mundial. De esta manera, el objetivo de este ensayo es identificar los retos y oportunidades que enfrenta la actual administración, al formular una estrategia de política exterior que posicione a México como actor con responsabilidad global, dada la complejidad de la realidad interna, los cambios prevalecientes en el contexto internacional y la urgencia de consolidar un proyecto de nación que permita la pacificación del país, estabilidad política y orden social interno, así como reformas estructurales que propicien una eficaz inserción de la economía mexicana a la dinámica mundial contemporánea. Concluye que la desaceleración económica mundial, asociada a los efectos la crisis actual y el lento proceso de recuperación económica en los Estados Unidos, aunado a los cambios prevalecientes en el tablero del poder mundial, imponen grandes retos y oportunidades a la política exterior mexicana, en un momento histórico en el que se pretende reposicionar a nuestro país en el concierto internacional y en el que deben ser atendidas las necesidades de más de 121 millones de mexicanos. Así, la percepción de oportunidades para la política exterior mexicana ante un contexto global cambiante y complejo está asociada al surgimiento de nuevos espacios de acción frente a la desaceleración económica mundial y crisis recurrentes, el surgimiento de nuevos actores en la palestra internacional y nuevos foros y mecanismos multilaterales en los que se discuten los problemas globales para lograr un desarrollo sostenible, donde sobresale entonces la necesidad de aprovechar el potencial de México como plataforma logística y de negocios globales, dada su posición geográfica estratégica y la red de acuerdos de libre comercio, asociación económica y para la promoción y protección recíproca de inversiones que ha establecido. Por su parte, Halyve Hernández Ascencio, en su trabajo "La Política Exterior de México: Entre la Realidad Global y el Interés Nacional", establece como su propósito examinar los retos de la actual política exterior de México, tomando como parámetros la realidad global y el interés nacional, mediante un breve análisis de los factores que han definido el proyecto nacional de México y de su política exterior, así como de un recuento histórico de las bases de la política exterior de México, para finalmente caracterizar a la política exterior de México entre el interés nacional y el contexto de la globalidad. Al respecto, señala que, en un mundo cada vez más globalizado e inter-dependiente, pareciera que los intereses globales debieran estar sobre los intereses nacionales, pues hoy en día tenemos temáticas globales que demandan soluciones globales y que requieren de la cooperación y sobre todo de la acción conjunta de las naciones; sin embargo, ello demanda, invariablemente, que los Estados cedan cierta autonomía y soberanía para resolver muchos de los problemas que aquejan a la humanidad contemporánea de nuestro sistema internacional. No obstante, arguye que la política exterior de los Estados no puede estar encaminada únicamente a la consecución de esos objetivos globales, pues se requiere de una política exterior que funcione como un mecanismo conciliatorio entre los intereses globales y los nacionales. De esta forma, lo que México requiere es buscar un punto medio que permita responder tanto a las condiciones endógenas de requerimientos políticos, económicos y sociales, así como a las exógenas, entre las que se encuentran esas temáticas de alcance global que requiere de un pronto accionar de las naciones. En el subsecuente artículo de esta publicación, bajo el título de "La Política de Apertura Financiera en México", José Gabriel Gómez Ochoa examina cómo el mantenimiento de la política de la apertura total de la cuenta de capital no ha sido una herramienta que aporte al desarrollo económico del país, sino que, por el contrario, es un obstáculo al mismo, porque ha hecho que la política económica se desvíe de sus objetivos de aumentar el bienestar social para garantizar, en su lugar, las condiciones que favorecen la libre movilidad de los capitales, aunque éstos sean especulativos. En su trabajo destaca que la economía mexicana ha tenido uno de los peores desempeños en América Latina desde hace más de treinta años. Sin embargo, la política económica ha alcanzado, desde hace más de una década, cierta estabilidad en las variables financieras relevantes: inflación, tasas de interés y tipo de cambio. Esta condición ha permitido la valorización del capital financiero, pero no ha tenido efectos positivos en la economía real: producción, empleo, inversión, consumo; es decir, en el bienestar de la población. Un rasgo fundamental de esa política económica es la libre movilidad del capital, compromiso que se reafirma en el actual Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, no obstante que las tendencias recientes indican que, por lo menos, habría que abrir un debate sobre la conveniencia o no de regular la entrada y salida de capitales, particularmente los que son especulativos. Por ello, señala que es ineludible un replanteamiento de la política de integración a la economía global, pues la creencia de que los mercados pueden solucionar los problemas del desarrollo ha resultado falsa y costosa. Posteriormente, en el trabajo intitulado "Apertura Comercial en la Política Exterior de México", Juan José Mercado Chacón realiza un ejercicio de análisis de los alcances y límites de la apertura comercial en México. Señala que en las estrategias del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 figura la prioridad que se da al impulso de la política de apertura comercial, para incentivar la participación de México en la economía global, aunque es dudoso que una mayor participación en la economía global le asegure mayores niveles de bienestar a la población, sobre todo cuando subsisten problemas serios para lograr una distribución más equitativa de la riqueza, pues los términos en los que está planteada la estrategia representan un afán reiterado en el ámbito de los negocios internacionales de naturaleza global. Destaca que no se puede pasar por alto la presión internacional que ha considerado que México no se podía mantener al margen del sistema mundial de comercio y que en los detalles finos se podría obligar a nuestro país a comprometerse a hacer una contribución al libre comercio. Y si una estrategia no lleva a México en el corto o mediano plazo a los resultados apetecibles -léase un incremento de comercio en los dos sentidos: aumentar las exportaciones y las importaciones como consecuencia de la propia apertura-, el país estaría pasando por alto el propósito final de la propia apertura. Subraya que no puede haber poderío exportador sin un mercado interno robusto. Y no hay mercado interno amplio y dinámico sin cambios en la estructura distributiva y sin un crecimiento alto y sostenido del producto y el empleo. Y en materia de liberación comercial, el sector privado mexicano sólo se ha concretado a pedir que se protejan sus intereses con reglas de juego estables y que el gobierno asegure niveles parejos para el libre juego de sus movimientos; pero mientras el comercio exterior de México no sea el ágil y dinámico instrumento en donde se combinen el estímulo de nuevas actividades industriales y agrícolas que resulten en empleos formales, no deberíamos avanzar en materia de liberación comercial. Por su parte, la colaboración de Carlos Contreras Romero, titulada "Seguridad Nacional y Política Exterior en la Pretendida Responsabilidad Global de México", analiza la relación entre seguridad nacional y política exterior en los planteamientos del eje "México con responsabilidad global" del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, es decir, el diseño y delimitación del binomio seguridad nacional-política exterior. Señala que el tema de la seguridad ha devenido en una prioridad internacional y tema de agenda mundial en el presente siglo, viniendo a ocupar el lugar que tuvo la bipolaridad en otro momento de la política del orbe y que tomó fuerza y omnipresencia con los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, circunstancia que le implantó como paradigma de la política mundial, en sus diversas expresiones, ya sea global, regional o nacional. Afirma que México no escapa a esta inercia global y, en ese contexto, también ha debido adecuarse a los requerimientos de los nuevos tiempos. Y si bien antes del 2001 sus planteamientos de seguridad nacional le habían llevado a alejarse del concepto militarista acuñado por Estados Unidos durante la guerra fría, utilizó la política exterior como salvaguarda de su seguridad nacional, al preferir elevar y defender una postura jurisdicista, la cual le sirvió en una época para consolidar sus instituciones y que se fortaleciera la elite en el poder y en otra para promover un activismo internacional que le permitiera garantizar una mayor autonomía en plena guerra fría, con el propósito de atender sus necesidades internas de desarrollo; y sólo en una coyuntura regional de efervescencia social, lo usó para evitar que la guerra civil centroamericana y los movimientos guerrilleros de esa región se introdujeran en territorio nacional; más adelante hizo de la seguridad una condición del desarrollo nacional. Sin embargo, primero con las consecuencias de los ataques terroristas a territorio estadounidense y la nueva estrategia de seguridad nacional de Es-tados Unidos y el crecimiento de los grupos delincuenciales transnacionales y de sus actividades delictivas debió reformular su postura y hacer de la seguridad y de la seguridad nacional un objetivo de su gestión gubernamental. De ahí que a los gobiernos panista de la denominada alternancia política les tocó incorporarse a las exigencias de este derrotero, lo cual implicó una seguritización de la política exterior del país; y aunque la Administración de Enrique Peña Nieto ha tratado de superar esa inercia, poco ha logrado en su cometido, Subraya que, en ese contexto, las previsiones de política exterior del gobierno de Peña Nieto totalmente desplazan a la Cancillería de las competencias y responsabilidades de seguridad nacional, restringiéndole a aquellas de naturaleza estrictamente económica, acentuando su carácter economicista, y dejando totalmente las funciones estatales en materia de seguridad nacional en manos del Consejo Nacional de Seguridad, tanto en su vertiente no sólo interna, sino también en la externa, para lo cual fue formulado el Programa para la Seguridad Nacional 2014-2018, que realiza un ejercicio de identificación de las prioridades geopolíticas regionales externas y de los riesgos y amenazas a la seguridad nacional internas y externas. Además, destaca el hecho de que el desmantelamiento gradual y progresivo de las competencias y atribuciones del Estado mexicano que siguen haciendo los sucesivos gobiernos de la nación, por efecto de su ortodoxia neoliberal, también ha llevado a generar poca efectividad a la gestión estatal, al continuar políticas de desregulación y de entrega de los sectores estratégicos del país a los intereses del capital transnacional y a las grandes corporaciones multinacionales, en detrimento de la economía nacional, cuyo debilitamiento por efecto de esas políticas, de las secuelas de la crisis mundial cíclica y recurrente y de las condiciones de inseguridad interna, tienen un efecto negativo y hasta pernicioso en la seguridad nacional y aún en la consecuente capacidad de maniobra de México en el exterior -léase en su capacidad de negociación internacional-, que también vulnera sus posibilidades de promoción y defensa de los legítimos objetivos del interés nacional. A continuación, Eduardo Alfonso Rosales Herrera, en su trabajo "La Agenda Bilateral México-Estados Unidos: Divergencias en Materia de Seguridad (2012-2015)", presenta una semblanza de los niveles de cooperación con Estados Unidos que se registraron durante la presidencia de Felipe Calderón y analiza los argumentos y acciones adoptadas por la administración de Enrique Peña Nieto para disminuir el peso específico de este tópico en la agenda bilateral; a la vez que identifica e interpreta la postura y acciones del gobierno estadounidense para reposicionar el tema e intentar colocarlo como eje de la relación entre ambos países. Al respecto, observa que la llegada de Enrique Peña Nieto significó un cambio de prioridades en los temas de la agenda bilateral México-Estados Unidos, colocando el tema de la seguridad, en su vertiente en la lucha contra el narcotráfico, en segundo plano, privilegiando temas de orden económico, comercial y energético. Y el triunfo de un priista se tradujo en un intento de rescate de la bandera "nacionalista", enarbolada por ese partido durante el siglo XX, tratando de impedir la extrema injerencia de las agencias de inteligencia estadounidenses en la lucha contra el narcotráfico. Por su parte, la administración Obama siempre se mostró reticente a dejar exclusivamente la planeación y operación de la lucha contra la delincuencia organizada en manos de cuerpos de inteligencia y policiacos de nuestro país, dada la falta de capacitación y equipamiento, así como la ineficiencia y corrupción que ha caracterizado a estos cuerpos. Por ello, concluye que se aprecia que el gobierno de México carece de una política de largo plazo y una línea de acción transexenal en materia de seguridad, lo que se refleja en que, durante un período presidencial, hay obsecuencia y subordinación con cuerpos de inteligencia de Estados Unidos y, en otra, se les rechaza y se colocan trabas al intercambio de información, planeación y operaciones conjuntas, lo que ha permitido que los grupos delincuenciales mantengan su nivel de actuación. Más adelante, Rubén Cuéllar Laureano, en su artículo intitulado "El Acuerdo entre México y Estados Unidos sobre explotación de los yacimientos transfronterizos de hidrocarburos en el Golfo de México. Negociaciones, contextos y perspectivas", describe los distintos momentos y contextos del proceso de negociación sobre la explotación de los hidrocarburos transfronterizos del Golfo de México, cuyo Acuerdo se firmó el 20 de febrero del año 2000, en Los Cabos, Baja California, México, y entró en vigor en enero de 2014. Destaca que el gobierno de Felipe Calderón anunció en 2010 el descubrimiento de grandes reservas de hidrocarburos en aguas mexicanas del Golfo de México y, de ser ciertas las cifras que desde 2012 se estimaron sobre la riqueza de hidrocarburos en la plataforma continental extendida mexicana, divulgadas por el de Enrique Peña Nieto, México estaría viviendo una nueva era de abundancia petrolera sólo con el "tesoro sumergido" en el Polígono occidental en el Golfo de México, incluso más grande de lo que se produjo con Cantarell durante 30 años. La nueva circunstancia, ahora, es que con la Reforma Energética de Peña Nieto, la extracción de esa riqueza será compartida con petroleras extranjeras, principalmente estadounidenses. Y es que la explotación de la riqueza de hidrocarburos del Golfo de México era, desde finales de los años 70 del siglo XX, un objetivo estratégico de Estados Unidos, que quedó pendiente en la delimitación de la plataforma continental del polígono occidental del Golfo de México, efectuado en febrero de 2000 -que le dio certeza jurídica a sus intereses petroleros-, finalmente concretado con la firma del Acuerdo de 2012. En ese sentido, la ratificación del Tratado de 2012 (el 19 de diciembre de 2013) por parte del Senado estadounidense (un día antes de que se promulgara la Reforma Energética en México), que abre los energéticos mexicanos a la inversión privada, demuestra la importancia estratégica del vecino del sur para la seguridad energética de Estados Unidos en su proyecto del siglo XXI, que significa el compromiso de garantizar la seguridad energética de América del Norte. Igualmente, asevera que la Reforma Energética de Peña Nieto se diseñó e impulsó en Washington, D. C., y las principales beneficiarias son la misma exfuncionaria Hillary Clinton, sus allegados y, sobre todo, las empresas petroleras estadounidenses. Concluye que esta parte de la historia entre México y Estados Unidos aún tendrá capítulos que están por escribirse, pues el Acuerdo de 2012 podría generar controversias en cuanto a la forma de distribuirse los hidrocarburos de los yacimientos transfronterizos. Un verdadero y genuino interés nacional estará disputando a Estados Unidos hasta la última gota y hasta el último pie cúbico de gas que se encuentran en el Polígono Occidental del Golfo de México. Adicionalmente, el trabajo ofrece algunos elementos para una futura negociación trilateral entre México, Estados Unidos y Cuba sobre el prometedor polígono oriental del Golfo de México. En seguida, Lucía Viridiana Alvarado García, en su trabajo "La Reforma en Telecomunicaciones y la Política Exterior de México", realiza un análisis que permitirá determinar aquellas conclusiones teóricas de los resultados de implementación de la reforma en materia de telecomunicaciones por el Estado mexicano y su relación con la política exterior y los intereses nacionales, así como las nuevas condiciones que implican para los extranjeros una oportunidad de concesiones y expansión o crecimiento de su presencia en el país, con lo que se concretarán entonces ciertas y nuevas oportunidades y así dilucidar la utilidad de la política exterior de México en este cometido, con todo lo que su rol implica. Señala que la iniciativa de reforma en telecomunicaciones pretende generar las condiciones en México para la óptima competencia con países desarrollados y, de hecho, empatar oportunidades con sus socios más cercanos, que en los estudios previos (como en el caso de Canadá) indican una inferioridad inaceptable para el país, por el hecho, principalmente, de que son los socios comerciales más importantes del mismo; y visto que dicha superioridad de aquéllos entorpece el desarrollo nacional, por no tener México las capacidades para competirles, es necesario generar los resultados deseados y planteados que permitan condiciones más similares de comercio entre México y el resto de las naciones, como lo es mejorar y desarrollar la infraestructura adecuada y necesaria, así como asegurar el acceso a las telecomunicaciones, televisión, telefonía y banda ancha de manera generalizada, entre otras cosas. Igualmente, advierte que, una vez que el país haya cubierto de manera íntegra las necesidades de comunicación del mismo, siguiendo el hilo conductor previamente trazado a través de los objetivos nacionales, entre otras cosas, y generando las condiciones para la accesibilidad universal de las telecomunicaciones, las empresas y las actividades productivas podrán integrarse en todo el territorio nacional. En ese sentido, agrega que, en el sector de las telecomunicaciones, México tiene un área de oportunidad estratégica, fuerte y muy importante. Pero pese a sus debilidades, después de llevarse a cabo las especificaciones de las estrategias que la reforma de telecomunicaciones exige, puede ser elevado el país a una posición relevante, si es que al implementarse dichos programas los resultados alcanzan las expectativas esperadas. Sin embargo, concluye que si bien debemos esperar un mayor tiempo para emitir un juicio más amplio respecto de los resultados, ahora mismo se podría colegir que la estrategia de reforma está establecida tan minuciosamente y, al mismo tiempo, con los alcances globales necesarios para obtener la cobertura satisfactoria de las necesidades que el país requiere en la materia; sólo bastará con la operación correcta y completa de los mismos, para con ello obtener los resultados esperados. Como la iniciativa de la reforma ya fue implementada como ley y está generando los primeros resultados, habrá que seguir de cerca su avance. Mientras tanto, las proyecciones son favorables. México ya es una nación con miras a la modernización y como lugar de oportunidad para el resto de los países que, siendo socios comerciales o no de éste, han decidido dar el paso de inversión aquí, aunque habrá que tener mucho cuidado con la inversión extranjera denominada de cartera, pues debe haber un control de la entrada de la inversión extranjera al país, a fin de evitar que aquellas empresas que llegaran a superar a las nacionales, debido ahora y en gran parte a las notables facilidades que gracias a la reforma en telecomunicaciones tendrán, podrían entonces generar lo que en términos económicos netos sería una balanza comercial negativa. A continuación, Zulma Carballo Guzmán, en el artículo titulado "Una Aproximación a la Política Marca País", se propone realizar una aproximación al concepto de Marca País, a través de una revisión teórica, histórica y de cómo se ha aplicado en México, a efecto de hacer una aportación sobre los niveles en que la Marca País se han implementado como una política estratégica de visión integral. Asevera que, aunque el concepto de Marca País es "relativamente" nuevo, se ha observado que la marca es un factor inherente al desarrollo de las sociedades, pues fueron diferenciadores entre comunidades, empresas y gobiernos. Sin embargo, es hasta el siglo XXI cuando comienza a hablarse de una política de Estado que permita -simultáneamente- generar sentimiento de identidad y pertenencia, así como posicionar la imagen de un Estado en sus diversas vertientes. Indica que, en primera instancia, en términos de política pública, es necesario que los gobiernos incentiven una Marca País innovadora, la cual, además de proyectar los avances en promoción turística, cultural e historiográfica, apuntale las actividades que fomentan la capacitación, competitividad y productividad, es decir, el turismo como industria estratégica es inagotable; sin embargo, las exportaciones se benefician aportándole el valor agregado "hecho en" (made in), lo cual genera empleo y apertura de empresas. Y advierte que es preciso que el Gobierno no se quede sólo en la promoción de imagen pública tradicional, sino que trascienda a esta política incluyente que favorezca los diversos nichos que incentivan el crecimiento económico regional y nacional. Sentencia que, para que la política de Marca País pueda ejecutarse de manera positiva, es necesaria la promoción de México en el mundo, a través de la difusión económica, turística y cultural. Y para tales efectos, es importante que el gobierno ponga a trabajar una red de instrumentos de difusión tradicional, así como aquellos mecanismos, como la diplomacia pública, que permitan difundir los lemas bajo los cuales el extranjero -inversionista o turista- deberá hacer de México su mejor aliado. Finalmente, se presentan unas conclusiones generales que derivan de este trabajo colectivo, así como una evaluación de conjunto de los criterios y discernimientos vertidos en esta obra, que ha representado un satisfactorio esfuerzo para el grupo de investigadores que intervinieron en la misma y que espera sea bien recibido por los interesados en el tema, los estudiosos del campo de la política exterior de México y los académicos, docentes y estudiantes de la Licenciatura en Relaciones Internacionales y disciplinas afines. 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